Hace muy poco tiempo, cayó en mis manos este libro,... cuando lo leía, me veía, a mi con 16-17 años, a mis amigos de entrenos, a mis amigos que me espalibaban la vida con sus vidas anticipadas, las horas en compañía y las horas solitarias, y quería compartir con todos ellos este descubrimiento, un ciclista, normal, mundano y corriente, capaz de hacer sentir hasta la vergüenza disfrazada de orgullo,... y me acordé de todos vosotros, de todas las anécdotas que en aquellos años nos acontecieron,..... y de todo lo que nos contamos en las despedidas de solteros y en los guisos,... y en la sauceda,... cuando volvemos a revivir las mismas historias de siempre, pero un año mas tarde,...Y caí,... en que tenemos que seguir compartiendo,... así y de esta forma, busqué una excusa,.... si encuentras una bolsa de avituallamiento en tu puerta,... prepárate para acordarte de todos nosotros de los 86-90, cuando el mojón de la víbora, era simplemente la carretera hacía la amistad que nos unía, y que luego maltratábamos a pedalazos limpios para llegar primeros.
Tenemos muchas cosas que contar, casi mas que el autor de este libro y sería una buena oportunidad para compartirlas,... en la bolsa de avituallamiento hay un pen-drive donde puedes escribir tu historia sin leer la de los demás, un aperitivo que te envía tu antecesor en la lectura y poco mas,... sigue la cadena,..... porque quizás dejemos de ser ciclistas, pero nunca debemos olvidar que fue la bicicleta quien nos unió. Un abrazo a todos. (Si,... la bicicleta,.... ese simple y sencillo vehículo, del que pasábamos las horas y las horas hablando,. ...cuando shimano era una invasión China de los componentes en Europa,...... bueno tampoco ha cambiado tanto el mundo desde entonces)
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